Foodsharing y Dumpster Diving en Copenhague

Quiza sea el post mas polémico de todos los que publique, y posiblemente de los que vaya a publicar en mucho tiempo. Por eso, pido por favor a todos los lectores, que dejen por un momento el prejuicio de lado, y piensen que Dinamarca no es Latinoamerica. Las situaciones sociales son muy distintas, y el foodsharing responde a una cuestion cultural y proteccionista, no de necesidad extrema.

Esto, sin embargo, ayuda a muchos Argentinos durante su estadía hasta encontrar trabajo. A pesar de no ser una ciudad tan cara como dicen las malas lenguas, cuando hay que ahorrar, hay que ahorrar.

Nadie esta obligado a practicar el foodsharing y el dumpster diving, pero si a respetar a las personas que lo hacen. Prejuicios de lado, arrancamos.

Sin embargo, el foodsharing no es perfecto. No todos los supermercados colaboran con este sistema, por lo que varias veces la comida termina en la basura. Cabe destacar que el Fotex es uno de los supermercados que mas colabora en la causa, según cuentan los que participan de este proyecto “desde adentro”.

Para los casos en que no funciona, la metodología cambia. Lo primero a saber es que la basura en Dinamarca esta diferenciada. Según el color de los tachos, o tapas, es distinto el producto. Los tachos verdes suelen ser organicos, y en ellos se tira todo lo que es alimentos.

Puede parecer un asco a priori, y en algunos casos lo es. Pero la realidad es que muchas veces se tira comida en buen estado, por cuestiones que son increíbles. Por ejemplo, alimentos que tienen la etiqueta al revés. O embalajes dañados.

Es decir, que un producto que no necesita refrigeración, por tener la etiqueta desteñida, termina en la basura. Lo cual es un desperdicio absoluto. Y mucha gente se dedica a revisar estos contenedores en busca de alimentos.

En algunos casos, los tachos se encuentran impecables, muy limpios, y todos los productos ordenados. En otros, no tanto. Se puede encontrar frutas y verduras en excelente estado, junto a camarones vencidos y ya sin frio, por lo cual todo se convierte en basura sin mas remedio.

Vale aclarar, que el clima ayuda mucho a esto, ya que suele hacer frio gran parte del año. Dificilmente el clima de Buenos Aires, o Asuncion permita una practica similar.

En una sociedad en la que reciclar y separar hasta el ultimo envase es moneda corriente, es increíble el desapego a lo material y la fiebre consumista que tienen. Los salarios, por supuesto, lo permiten, y a diferencia de Miami, donde mucha gente compra en los shoppings con créditos bancarios, en Dinamarca la gente compra con sus sueldos. La renovación es permanente.

¿Pero que pasa con todas esas cosas que nadie usa? Si señores… a la basura.

Viendo que muchas cosas en un excelente estado eran tiradas, se hicieron lugares especiales donde arrojar los productos voluminosos. Y muchos se dedican a retirar de ahí sillones, muebles, y demás. Por supuesto que gratis.

Mucha gente equipa sus casas con sillones “del catalogo del año pasado” y de forma gratuita.

Lo primero que hay que aclarar al respecto, es que es ILEGAL ENTRAR A LOS BASUREROS DE LOS EDIFICIOS. El hecho de que no tengan llave no implica que sean libres.

Pero en su propio edificio, pueden ir sin problema y “mirar” los tachos. Nuevamente, la tarea puede resultar repugnante. Pero, por suerte, la gente suele dejar arriba de los tachos, objetos que le pueden llegar a servir a alguien. Ademas hay 3 tachos que suelen ser los “obligatorios” de revolver en busca de un tesoro. El de metal y plástico duro, ya que suele haber cosas útiles. Y el de electrónica. No hace falta aclarar porqué.

La cantidad de objetos en buen estado recuperados de la basura, es increíble. No hay manera de pensar que esto es posible. Hay que verlo en persona.

La tecnología llego incluso a la basura. Hay grupos en los cuales la gente en vez de tirar la basura, publica para que alguien vaya a buscarlo. La realidad es que rescatar productos de la basura es algo muy bien visto por gran parte de la población danesa. Otra muestra de la ideología, casi idiosincrasia tolerante de los escandinavos.

Consideran que es un desperdicio que alguien que no tiene un gusto particular, o que sus sueldos no son definitivamente altos, tengan que gastar plata en muebles de diseños pudiendo tener gratis todos los objetos SIN NINGUN DAÑO. Todo lo que no es rescatado, es desarmado y reciclado por partes (madera, plástico, cuero).

Todas estas practicas pueden estar muy mal vistas, según quien juzgue. Por otro lado, muchos pueden pensar que es algo sucio y nauseabundo. Hasta no verlo con los propios ojos es algo muy difícil de explicar y transmitir en texto e imágenes desde algo tan frio como una pagina de internet (por mas cariño que le ponga de mi parte).

Hay gente que mediante este sistema puede sobrevivir sin gastar dinero en alimentos, principalmente vegetarianos y veganos. Obviamente que no existen tachos de basura refrigerados, y pensar en comer carne o pescado ya pasa a ser una tarea suicida para nuestra integridad estomacal.

Debido a que puede ser un debate muy polémico, todos pueden opinar, siempre que sea con respeto. Si tu prejuicio es mas grande, y te resulta algo intolerable, tenes que entender que mucha gente hace esto. Y se trata de una decisión a conciencia. No de necesidad.

Dinamarca tiene grandes tiendas, con absolutamente todos los productos a la venta disponible. Incluidos dulce de leche, yerba y dulce de batata.