10 cosas que me hubiera gustado saber antes de viajar a Dinamarca

Es lógico que nos emocionemos con las nuevas aventuras. Y los viajes a lugares desconocidos tienen bastante de eso. Choques sociales, culturales, climáticos y mucho más, que uno anhela e intenta exprimir al máximo en esos 15-30 días de vacaciones. Pero en el momento de viajar por un tiempo más largo, muchas de las cosas que son habituales en el país de origen, dejan de existir. Y eso, que parece un dato menor, es sumamente importante. Por eso es que quiero dejarles las cosas que me hubiera gustado saber antes de viajar a Dinamarca.

Esto es a lo primero que uno se enfrenta en la realidad al viajar a Dinamarca. Dependiendo del lugar de origen, las dificultades para encontrar un lugar donde vivir suelen ser para un alojamiento “bueno, bonito y barato”. Acá, en cambio, el problema es que los alojamientos son excesivamente caros, no siempre son bonitos ni buenos, pero por sobre todas las cosas, no se consiguen.

La forma más segura, estando en el exterior, es vía Airbnb, pero el problema es que en muchos casos uno no puede registrar su domicilio ahí. Sumado a que el costo de la plataforma vuelve aún más caro todo.

El déficit habitacional es muy grande, por lo que la única opción es compartir, o alejarse de la ciudad. Sin embargo, existen afortunados que consiguen alojamientos muy económicos en excelentes zonas de la ciudad. Pero eso es una tarea sólo para los más exploradores, las horas que se deben pasar al frente de un monitor suelen ser extenuantes.

A decir verdad, lo primero a lo que uno se enfrenta al viajar a Dinamarca es justamente el transporte. Salir del aeropuerto resulta costoso en transporte público (si no se tiene una Rejsekort),  y lo mismo para moverse por la ciudad. Es por eso que la bicicleta va a ser nuestro mejor aliado.

Al llegar sin trabajo a un nuevo país, lógicamente, buscamos ahorrar al máximo. Y eso nos lleva a terminar andando en bicicletas venidas a menos, que pasaron, seguramente, por las manos de mìnimo 6 dueños anteriores. Y los problemas suelen ocurrir el día que estás llegando tarde a una entrevista.

Si las distancias son largas, hay que comprar una buena bicicleta. Y sino, también.

Amanece despejado, se nubla, sale el sol, nieva, amaga a despejarse, llueve un par de horas, y tenemos un cielo estrellado como nunca. Esa secuencia suele darse mucho más frecuentemente de lo que uno cree. El clima es, junto a las fórmulas del Skat, uno de los grandes misterios daneses.

Siempre tienen que tener un traje de lluvia, un abrigo, y guantes en la mochila. Un día de verano me fui tranquilamente en remera a trabajar. Salí a las once de la noche y no tenía abrigo. Hacia 8 grados. El clima cambia, no es broma.

Al hacer las compras nos encontramos con tres palabras que nos llaman la atención: gratis, tilbud y spar. No, no me equivoque. En un país donde el idioma es una mezcla de sonidos nunca antes escuchados para el oído hispanohablante, la palabra gratis, se escribe gratis. Se pronuncia como «gjjatis», algo así como una R de un nene que está aprendiendo español en el jardín de infantes.

Tilbud es lo que nosotros conocemos como oferta, y spar es el descuento (por lo general marca cuanto menos vale algo del precio normal).

Viniendo de Argentina (donde las ofertas de supermercado significan poner un cartel al producto que vale $50 a $50 pero con un cartel que dice $65 tachado un poco más arriba) creé un rechazo natural a todo eso. Sin embargo, Dinamarca me sorprendió muchísimo, ya que los descuentos habitualmente son del 50%, inclusive más. Y son reales.

Ojo, que a veces no es así, y uno puede ver en donde dice spar que el descuento es del 1%, y solo están redondeando el valor. Pero siempre está bien aclarado.

En conclusión: No traigan nada, excepto alfajores.

La vida no es tan cara como parece.

Al buscar departamento suele ocurrir que entre las tantas fotos las del baño están mal sacadas. En algunos casos, directamente las evitan. Y en los departamentos más caros (por lo general a estrenar), la primera foto que aparece es la del baño.

Al llegar al que iba a ser mi primer departamento entendí todo. Antiguamente los baños no tenían duchas, ya que los «baños» eran en el subsuelo del edificio. Y lo que tenían dentro de la casa era algo así como un pequeño toilette, para necesidades menores. El problema es que hoy en día, en ese pequeño toilette, insertaron, de la forma en que se pudo, una ducha. Los caños suelen ir por afuera, de forma más o menos prolija. Pero el espacio de maniobra es realmente muy, muy chico.

Y por supuesto, no hay bidet.

Como la gran mayoría de los argentinos la carne es una parte fundamental de mi dieta. Sin embargo los noticieros les hicieron suficiente hincapié a nuestras familias para que de sólo ver un pedazo de carne un poco rojo, huyamos como si de veneno se tratara. No es mi caso. Como carne muy jugosa, al punto de que otros dirían “esta crudo eso”. Sin embargo, tengo mis límites.

Por algún motivo que me resultaba extraño (cuando llegué), observé que los daneses comían la carne en un punto que, para mí, rozaba con lo crudo. Es decir: estaba crudo. El fuego se lo mostraban nada más.

El punto conflictivo fueron las hamburguesas: salen completamente rojas de la parrilla. Es por eso que las primeras veces, por impresión y “miedo a morirme”, pedía que las cocinen bien. Este corte se conoce como “well done”. El problema surgía en que la carne cocida en serio, es prácticamente incomible. Es completamente seca y dura.

Obviamente que me acostumbre a comer hamburguesas completamente rojas, porque prefiero arriesgarme que resignarme a no comer más.

Pero si les da impresión la carne jugosa, vayan pensando en comer otra cosa.

Lo que más me preocupaba en la previa era dónde iba a conseguir buena carne para el asado. La realidad es que carne se consigue, de buena calidad y a buen precio en las carnicerías árabes, donde tienen las inscripciones de «Halal» en la puerta.

Sin embargo, había mejores opciones: el cerdo y el pollo son ampliamente superiores y sustancialmente más baratos que en Argentina. Es por eso que no hay que perder el tiempo: mientras que el mejor corte de carne puede acercarse a un corte promedio argentino, el pollo y el cerdo más económico supera con creces a las piezas argentinas.

Siempre se habla de viajar a Dinamarca, como si fuera una sola ciudad.

Dinamarca es un país conformado por distintos archipiélagos alrededor de una península. Moverse entre las islas suele ser muy costoso, ya sea por los peajes en las autopistas, los ferries donde no hay túneles o puentes, o los boletos de tren. Es por eso que la mayoría se acerca a Kastrup y de la mano de Ryanair, Norwegian, SAS, o alguna otra, emprenden viaje para el resto de las tierras europeas.

El invierno puede resultar un poco perturbador, con tan pocas horas de luz, ese cielo plomizo y la neblina permanente. Los grandes ventanales permiten que hasta el más pequeño haz de luz ingrese al hogar, mitigando ese efecto entristecedor que solo el invierno puede dar.

Sin embargo en el verano ocurre un efecto no deseado y muy molesto. Al tener esos ventanales gigantes, sin ningún tipo de persiana y con unas cortinas que cumplen la mera función de decoración, uno se encuentra que a las 4 de la mañana está durmiendo con un reflector prendido en la cara.

Es por eso que luego de comprar cortinas que parecen completamente oscuras, pero permiten igual el paso de la luz, optamos por usar antifaces. El mejor invento hasta la fecha, y no solo para el avión.

Esto lo descubrí a las 9 de la mañana después de trabajar toda la noche. Y no tenía antifaz.

Al cobrar el primer sueldo no tuve mejor idea que ir a retirar efectivo “por las dudas”. Fue la primera y última vez que use un cajero automático. Cada vez más lugares no aceptan efectivo, y el tiempo que se pierde frente al mostrador al momento de pagar con billetes es increíble.

No retiren efectivo. Entre Mobilepay y tarjeta de débito no se necesita plata física.

Espero que les haya sido útil esta pequeña recopilación. Suele ser una pregunta muy difícil, que a la mayoría nos preocupaba mucho:

¿Qué te hubiera gustado saber antes de viajar a Dinamarca?

Enseguida surgen los miedos, las dudas…

Y curiosamente, las respuestas casi siempre son las mismas, sin importar quien te responda.

No, no es un chiste. Son las mismas cosas las que todos recordamos. Todas banalidades.

No tenes que preocuparte de más. Todo va a tomar forma en el camino. Viajar a Dinamarca es un camino de ida.